Queriendo incinerar los recuerdos llegas al punto en que te quemas junto a ellos.
Ves claros designios confusos del futuro, muchas marcas marcadas por fantasmas,
que se te anclan en el alma, entre la piel y el karma.
Deshilachadas las sutancias entre ruedas y carreteras, los ánimos caen y ruedan,
desvanecidas las caricias te vas caminando adolorido al rincón del olvido.
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